Remember, remember, the 5th of November...

El viernes pasado por fin salió a la luz el trailer de V de Vendetta, la próxima película de Natalie Portman, basada en el aclamado cómic de Alan Moore.

Como suele ser habitual, ya hay disparidad de opiniones entre los que están encantados con el aspecto que va tomando el filme, y los que ven cómo el director de turno (en este caso el debutante James McTeigue) se carga el argumento de la obra original. V de Vendetta no parece que vaya a ser un desastre de proporciones épicas, pero la cosa tiene visos de irse torciendo...

De momento Alan Moore ya se ha desentendido del todo del proyecto, y ha llegado a cortar sus lazos con DC Comics, lo que implica que dejarán de publicar nuevas entragas de La Liga de los hombres extraoirdinarios (de ser Moore, yo habría tomado esa medida inmediatamente tras ver las espantosas adaptaciones fílmicas que se hicieron en su día de From Hell y la propia Liga de...).

En este caso, los productores, y quienes han adaptado el cómic para la gran pantalla, no suponen para mí ninguna garantía de que las cosas se vayan a hacer bien: los hermanos Wachowski, que crecidos tras la primera Matrix la pifiaron profundamente con las dos secuelas... Parece que el "bullet time" tampoco se les ha olvidado esta vez, y ya hay quien ha bautizado los efectos que se observan en el trailer como "puñal-time" :$

Pero bueno, yendo a V de Vendetta: la historia se desarrolla en un futuro alternativo en el que Alemania ganó la Segunda Guerra Mundial y el Reino Unido se ha convertido en un estado fascista. En ese contexto, un enmascaro personaje, conocido como "V", inicia una revolución para que los ciudadanos se alcen contra su gobierno opresor. E implicada en este escenario se ve Evey (Natalie Portman), al entrar en contacto con V, cuando éste le salva de la muerte.

Quizá sea mejor leer el cómic antes, y así valorar llegado el estreno, que tendrá lugar a finales de año (en EEUU el 5 de noviembre, pero para España aún no hay fecha), cuán fiel resulta la película a la obra de Moore. Yo, por mi parte, espero hacerlo en breve...

Cine en VO este verano

Acabados los Sanfermines, en Pamplona puede comenzar de verdad el verano; y en el aspecto cinematográfico esta suele ser la peor época para ir al cine, a pesar de que es justo cuando más tiempo hay. Casi todos los estrenos suelen ser mediocres (Los 4 Fantásticos, La Máscara 2, Adivina quién); y cuando hay películas buenas o al menos interesantes, o bien llegan tarde a España (caso de Sin City) o no las estrenan en Pamplona (caso de CSA y Yossi y Jagger).

Así que el ciclo de cine en VO que acaba de estrenar Golem Yamaguchi puede ser más que apetecible en época de sequía fílmica. Hay un poco de todo, y con buena calidad. A razón de tres películas por semana hasta principios de septiembre.


Para los interesados, este es el programa de estrenos veraniegos en Pamplona (con enlaces a fichas de LaButaca.com, en donde ver el argumento, reparto, etc.):

- 15-20 de julio
· María llena eres de gracia
· Domicilio privado
· Silver City

- 21-26 julio
· Old boy
· El Polaquito
· Lost in La Mancha

- 27 julio - 1 agosto
· El ocaso del samurai
· Triple agente
· Salvador Allende

- 2-7 agosto
· 25 grados en invierno
· Kill Bill 1
· Hoy y mañana

- 8-13 agosto
· Hierro 3
· Kill Bill 2
· Estrella, señal de socorro

- 14-19 agosto
· En el mundo a cada rato
· Samaritan Girl
· Al descubierto: guerra en Iraq

- 20-25 agosto
· Diarios de motocicleta
· Clandestino
· De viaje con el Ché Guevara

- 26 agosto - 1 septiembre
· Nuestra música
· Eleni
· Caminar sobre las aguas

¡10 años de mp3!

Ayer hacía 10 años del surgimiento de la extensión de archivo más famosa: más que el exe o jpg, porque está en boca de todos, llegando a aquellos que carecen de la más mínima noción de informática. ¡El formato mp3 cumple un decenio!

Probablemente hace una década los gigantes del mercado musical no hubieran imaginado la que se les venía encima cuando ocho investigadores alemanes del Instituto Fraunhofer dieron nombre a aquella extensión de un formato de audio digital comprimido. Y tampoco cualquiera de nosotros hubiera creído que en nuestro disco duro se podría almacenar tanta cantidad de música.

Pasado el fenómeno Napster (que vino a ser la cabeza de turco de la industria musical) ahora hay decenas de programas que permiten buscar y bajar cualquier pieza musical en unos pocos minutos; los famosos P2P (peer-to-peer o de igual a igual), por los que un usuario comparte archivos que otro puede descargar hasta su terminal.

La desfachatez en todo este asunto es pretender que eso sea ilegal cuando todos estamos pagando cánones a la SGAE (Sociedad General de Autores y Editores) en los CDs, DVDs y discos duros. Y desde abril éste se extiende también a los propios ordenadores, las memorias flash, los CDs regrabables, las grabadoras de CD y DVD y "cualquier otro instrumento electrónico capaz de reproducir copia"; también se incluyen los escáneres (con los que la SGAE parece haber descubierto alguna forma misteriosa de copiar discos) y hasta el ADSL...

Cuando el fenómeno Napster estaba en su apogeo, el diario El País publicó un análisis de la situación en el que se comentaba que el futuro de la industria musical pasaría finalmente por las ganancias en los conciertos (aunque se tendría que incrementar el precio de las entradas) y la presencia de los artistas en televisiones y otros medios.

La cruzada está perdida para ellos. Por supuesto, siempre habrá quien prefiera comprar los CDs originales en vez de bajarse los temas, al igual que algunos (pocos) preferimos pagar lo que cuesta una película en DVD (con su carátula, extras, etc) antes que obtenerla gratis por Internet. Sin embargo, lo que está inventado no se puede pretender que sea ignorado; y en este caso tampoco se pueden poner puertas al campo.

Invasión frustrada

Bueno, después de los últimos exámenes y unas pequeñas vacaciones por Barcelona, he podido ir de nuevo al cine a ver la última de Spielberg, La guerra de los mundos.

Tanto la temática como los protagonistas (Tom Cruise, Tim Robbins y Dakota Fanning) prometían un filme entretenido y potencialmente sobresaliente, en especial si tenemos en cuenta la calidad de los anteriores proyectos de Spielberg en este terreno: ET, IA y Minority Report.

Sin embargo, uno no tarda en darse cuenta de que, más allá de lo esperado, la película se centra en exceso en la relación familiar entre Cruise y sus hijos, en plena invasión alienígena a la Tierra. Es más, por la forma en la que se produce el desenlace (mucho más acelerado todavía que en la novela) da la sensación de que la "guerra de los mundos" no es más que la excusa para tratar el otro tema, que debía ser claramente secundario. Lo comenta de forma muy precisa M. Torreiro en su crítica de El País:

Lo que interesa al director es el calvario que deberá pasar un padre hasta recuperar la estima y el respeto de sus hijos... en medio de un exterminio que, a la postre, parece ser lo de menos.

Sin embargo, el filme cuenta con aspectos muy logrados: todo el tramo inicial hasta que se desencadena el primer ataque de los 'trípodes' extraterrestres resulta ameno y bien narrado. Es entonces cuando comienzan los altibajos, y los momentos sazonados de frases propagandísticas que tanto desentonan últimamente en el cine (en este caso, las alusiones a los terroristas o la motivación que siente el hijo de Cruise por unirse a los marines).

La fotografía (fruto del saber hacer de Janusz Kaminski, unido siempre a Spielberg desde La lista de Schindler) destaca por el contraste luminoso, y los juegos de colores saturados, como el rojo que se impone cuando la hierba de ese tono tapiza todo el planeta hacia el final de la película. Un trabajo digno de mención.


En conjunto, una película entretenida, visualmente impactante (y no excesivamente digital), con buenos momentos de tensión, pero con un tema secundario que se impone y una resolución final de lo más floja. Para los que esperábamos algo a la altura de proyectos de temática similar como Inteligencia Artificial o Minority Report, una pequeña decepción. Me quedo con la conclusión de la crítica de El País:

Una película con lagunas, pero con una capacidad de atracción que, como es norma en su creador, está por encima de otras propuestas del mismo calibre.