.: bitácora de xmooth

22 julio 2006

"Don't tell me what I can't do!!"

Hace tiempo que empecé a escribir un post de la segunda temporada de Lost, tal como hice con la primera tras terminarla; y como parece que nunca se estrenará en España en abierto, supongo que acabaré por ponerlo pues ya hace siglos que terminó de emitirse en EEUU.

Pero lo que ahora destaco es una de las nuevas figuras de acción (que se ha desvelado en la Comic Con de San Diego) de la primera temporada de la serie. Es una que ya de por sí estaba interesado en comprar algún día por ser de Locke, mi personaje favorito de la serie; pero tras verla he quedado impactado por el realismo. Jamás había visto nada semejante en una réplica de unos 20 centímetros. - [contiene micro-spoiler :$]


"Don't tell me what I can't do!!"

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17 julio 2006

Cars no se sale de la buena senda


Llega con medio año de retraso, pero al fin se ha estrenado el último proyecto de Pixar. Cars iba a ser la última producción de la compañía en ser distribuida por Disney, hasta que se llegó a un acuerdo hace unos meses por el que Disney compraba a Pixar y con ello se autogarantizaba su futuro en el mundo de la animación digital (aunque, tras pagar 7.400 millones de dólares por ella, cabría replantearse quién compró a quién).

Sin embargo, lo cierto es que a pesar de que el estreno de toda película de Pixar es un acontecimiento por sí mismo, esta vez yo no las tenía todas conmigo. Una película sobre coches con vida no me producía muy buenas vibraciones. Y el hecho de que uno de los pocos directores y productores con cerebro de Hollywood, John Lasseter (Toy Story 1 y 2, Bichos), estuviese detrás no lograba curiosamente despejar el temor a que la película tomase la senda de la baja calidad por donde hace ya tiempo que vaga Dreamworks.

En efecto, Cars es probablemente el filme más flojo de Pixar. Pero, ¡eh! ¿Acaso eso es malo? Por supuesto que no. Estamos hablando de la compañía que creó Toy Story, Buscando a Nemo o Monstruos S.A.


Cars está lejos de ser la joya a nivel argumental o fílmico que es Los Increíbles (el anterior proyecto de la compañía, y en mi opinión el mejor hasta la fecha), pero no es ni mucho menos una mala película como Madagascar o El Espantatiburones (bueno, vale, mejor nefastas películas).

La película viene precedida, como ya comenté hace un mes, por el trailer de la prometedora Retatouille y la proyección del obligado corto de Pixar: en esta ocasión One Man Band, o El hombre orquesta en España, digno de Pixar pero más flojo que los brillantes Pajaritos (previo a Monstruos) y Boundin' (antes de Los Increíbles).

Cars nos habla de un coche de carreras, Rayo McQueen, que busca ganar su primera copa y ganarse la complacencia de mejores patrocinadores. Sin embargo, en un viaje a Los Ángeles dentro de su trailer acaba perdido en Radiador Springs, un pueblo olvidado de la famosa Ruta 66, que cruzaba EEUU de punta a punta. Allí se ve obligado a asfaltar la calle principal, peligrando por ello su asistencia a la última carrera de la Copa Dinoco (que es un guiño a la marca de gasolina que aparece en Toy Story).


El principal problema de Cars es que esa larga estancia en un páramo en medio del desierto crea una de falta ritmo, quizá intencionada, pero demasiado prolongada. Es evidente que se pretende confrontar la frenética actividad del mundo de las carreras con la vida en una aldea donde los habitantes (siempre coches) lo más entretenido que pueden hacer es mirar el parpadeo de la luz ambar del semáforo. Sin embargo, dado que toda la parte central del filme transcurre en ese lugar, hubiera sido buena idea alternar la trama principal con alguna secundaria que animara la cosa (quizá hubiera bastado con repartir a lo largo del metraje la idea de telediarios que narran la desaparición del bólido protagonista).

En cualquier caso, Cars sigue plagada de geniales e inteligentes ideas, que auguran risas frecuentes y sonrisas casi constantes. Sin embargo, da la sensación de que muchas cosas debieron quedarse en el tintero.

El temido doblaje, finalmente es más que correcto. La aparición 'estelar' de Fernando Alonso, Hilario Pino o Iñaki Gabilondo es tan testimonial que en su mayoría ni son reconocibles. Antonio Lobato salva la papeleta interpretando adecuadamente al narrador de las carreras, como hace en la vida real con la Fórmula 1. Y el resto de personajes cuentan con las habituales voces no famosas (de esas que puedes reconocer por otros papeles, y no por su cara bonita) que tan buenos resultados dan siempre.

Mención especial a la hilarante reconstrucción (durante los créditos) de escenas de Toy Story, Bichos y Monstruos protagonizadas por coches en sustitución de las criaturas originales. Ah, y también hay sorpresa al final.

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08 julio 2006

Human Nature, Human Behaviour

Dado que no soy muy sanferminero, y en cualquier caso todo el mundo anda disperso estas fiestas, esta noche la he dedicado al cine. Podría haber ido a ver Cars, que se estrenaba este viernes, pero finalmente la cita con Pixar queda pospuesta hasta el próximo fin de semana, cuando haya más calma en la ciudad.

Después de ver a una terrorífica Kathy Bates en Misery, que emitían en Cuatro dentro del interesante Hazte un cine, he puesto un DVD de Michel Gondry que hacía tiempo que tenía pendiente: Human Nature.


La película básicamente entrelaza las vidas de tres personajes: una naturalista (Patricia Arquette) que desde su adolescencia vive acomplejada por un problema hormonal por el cual le crece pelo por todo su cuerpo, un muchacho (Rhys Ifans) criado como un simio en plena naturaleza, y un doctor (Tim Robbins) que estudia cómo aplicar el comportamiento humano a ratones y en seguida se interesará por el caso del hombre salvaje. A ellos se suma una seductora Miranda Otto en el papel de francesita wannabe que ejerce de ayudante de laboratorio.

La lucha entre la libertad de la vida salvaje, las férreas normas del comportamiento humano en sociedad (con los impulsos sexuales como principal inconveniente), y la presión por aceptarse como se es son los ingredientes con los que el brillante guionista Charlie Kaufman (Cómo ser John Malkovich, Adaptation, Eternal Sunshine of the Spotless Mind...) crea, como sólo el sabe, hilarantes y surrealistas situaciones que encuentran en la mirada de Gondry el enfoque perfecto.

De hecho, el estilo del director francés es evidente, y buena parte de los planos y juegos visuales que transcurren en el bosque están inspirados o incluso calcados de los que años atrás creó para el grandioso videoclip Human Behaviour de Björk (y que no puedo dejar de adjuntar por ser uno de mis favoritos de la cantante islandesa).

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