.: bitácora de xmooth

30 septiembre 2006

World Trade Zzzzz...


A principios de mes comentaba lo fabulosa que me había parecido United 93; en esta ocasión trataré de razonar por qué World Trade Center defrauda notablemente al recrear el 11-S.

La última película de Oliver Stone parte del que probablemente sea el mayor evento de la historia a nivel audiovisual y lo convierte en dos horas de aburrida... nada. Se trata de la historia de dos policías atrapados bajo el WTC; pero hubiera dado igual que estuvieran sepultados por cualquier otro montón de escombros, porque el edificio y sus víctimas se desvanecen en la mayor parte de este filme.

Dice bastante de la película que a lo largo de todo su metraje sólo y únicamente aparezcan retratados policías, bomberos y marines, con la excepción de los familiares de los dos protagonistas y una madre de un ascensorista hacia el final de la película. El resto de las otras 2400 víctimas civiles parecen no pintar nada en absoluto (algunos 'pasan por ahí' antes de la catástrofe).

Es innegable que los bomberos y policías arriesgaron sus vidas por rescatar a las víctimas, llegando a ser encumbrados a la categoría de héroes (ya se están editando en EEUU cómics sobre este nuevo tipo de supermanes). Pero el filme transmite la idea de que que sólo había gente de uniforme, dándole en parte un toque bélico al asunto como ya han criticado muchos medios.

Cuestionable es también la enorme carga religiosa (teniendo en cuenta que el 'motivo' de los terroristas fue religioso, esto plantea una poco acertada confrontación ideológica). Por una parte está la mesiánica aparición de Dave Karnes, que viajó hasta NY por una llamada divina tras ver el atentado por televisión, convirtiéndose en persona clave en el rescate de los policías; perfecto para conectar con el público americano.

Pero uno se plantea hasta qué punto es acertada o encaja la aparición de Jesucristo -con un botellín de agua- hasta en dos ocasiones, por mucho que uno de los supervivientes asegurara haberle visto. Ya no es el hecho en sí, sino cómo éste se ha resuelto visualmente, lo que más chirría.

Tampoco hay nada muy destacable a nivel visual, si acaso un par de planos de calles desoladas, o la visión en primera persona del rescate de Cage. United 93 era mucho más interesante en el aspecto fotográfico dentro de un avión y un par de salas de control, que WTC cuyo punto de partida era un poderosísimo elemento como son las dos torres ardiendo. De hecho, parece increíble cómo Stone desperdia semejante icono visual y obvia casi por completo la fuerza del suceso.

La falta de tensión dramática es otro de los grandes pinchazos del filme. A diferencia de otras películas históricas recientes, el conocido final de la cinta también actúa en su contra: todo se vuelve tremendamente repetitivo, anodino, superfluo, y nada mantiene el interés porque sabes perfectamente que John McLoughlin y Will Jimeno saldrán vivos. Curiosamente esto no pasaba en United 93 donde el conocido desenlace no empañaba un final verdaderamente emotivo.

En definitiva, esta no es la película que el 11 de septiembre se merecía; y la decepción es si cabe mayor por estar detrás de la cámara Oliver Stone, creador de Nacido el 4 de julio y JFK.

Filme de propaganda nacionalista, World Trade Center tiene como única originalidad convertir en banal un acontecimiento asombroso.
- Liberátion

Si no fuera porque la película trata de la desgracia del 11-S parecería que estuviéramos ante cualquier película de catástrofes medioambientales.
- Il Corriere della Sera

Película de guerra y retaguardia, WTC es un canto al papel de los uniformados durante las infaustas horas posatentados, y al heroísmo de sus esposas. Pero también es más: un grito de guerra, una legitimación de la venganza, un recordatorio de que la nefasta, amén de arcaica política adoptada por Bush en los meses posteriores al trauma, era la única posible. Y también es una mala película: carente de un guión plausible, pero con el norte puesto en arrancar la adhesión de su público, Stone echa mano de cualquier resorte para provocar el llanto fácil, en una peripecia paralizada por una trama en la que, durante espacios de tiempo que se antojan interminables, vemos sólo a dos personas que yacen bajo toneladas de escombros largando interminables parrafadas cargadas de moralina. Pero eso, en el fondo, son sólo minucias: lo que verdaderamente importa es que WTC es la película de un fanático guerrero e intervencionista; y bien poca cosa más.
- El País

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19 septiembre 2006

Salvador, impresionante


Esta pasada semana se estrenó Salvador, la tercera película preseleccionada por España para los Oscar, junto con la extraordinaria Volver, y la aburrida, confusa y pretenciosa Alatriste. A pesar de que el filme de Almodóvar me parecía ya de las mejores películas del año, la película del desconocido Manuel Huerga me parece áun superior.

Salvador es un biopic sobre Salvador Puig Antich, el último ajusticiado por garrote vil durante la dictadura franquista, en 1974. Antich fue un joven luchador que, en una época en la que muchos de los principales derechos sociales estaban limitados o directamente no existían, se arrojó a la ¿lícita? lucha armada para clamar por un cambio que la gran mayoría ansiaba, pero pocos se atrevían a emprender.

Bajo esta premisa el filme nos introduce en una época escalofriantemente cercana: refleja con desgarrador realismo, y sin caer en ningún momento en la caricatura (tan peligrosa a veces al reflejar épocas históricas, especialmente tan próximas), las fobias y las inquietudes de la juventud en la época previa a la Transición, las revueltas salvajemente aplacadas por 'los grises', el amordazamiento de todo atisbo de cultura nacionalista, y un ostracismo social de los derrotados en la Guerra Civil.


Todo en la película está elegido con cuidado. Para empezar, las actuaciones resultan fascinantes: Daniel Brühl (Good Bye Lenin!, Los Edukadores) está impresionante en todo momento y Leonardo Sbaraglia da vida con maestría al mejor personaje del filme, uno de los celadores de la cárcel. Tristán Ulloa, Leonor Watling o Ingrid Rubio son otros de los nombres destacados dentro de un filme con muchos otros rostros menos conocidos pero que denotan un casting realmente consistente.

La banda sonora revive los ritmos de la época, con las baladas de Lluis Llach como máximo exponente. Y la envejecida fotografía ayuda a recrear la ruína de un régimen moribundo que hasta en sus últimos estertores se llevaba víctimas por delante.


El guión, apropiadamente sazonado de flashbacks para aportar dinamismo, está lleno de brillantes diálogos y momentos dignos de alabanza. A destacar el monólogo de Sbaraglia sobre su hijo disléxico o la escena en la que comunican por teléfono a la familia la pena de muerte mientras en la televisión suena "Alegría de vivir" de Peret. El filme fluye a lo largo de sus más de dos horas y cuarto sin enquilosarse, hasta un final desgarrador, conocido (como en United 93), pero no por ello menos repulsivo, y en el que es imposible no acabar humedeciendo las ojos.

Una película imprescindible para conocer la realidad de una época que, los nacidos en Democracia, dificilmente podemos imaginar en toda su crudeza.

.: Web oficial de la película
.: Web de Manuel Huerga sobre Salvador

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08 septiembre 2006

Humans are parasites!

"Three Legged Legs" es un grupo de diseño digital, afincado en California, que con un estilo muy peculiar ha realizado últimamente una serie de cortos de animación muy originales.

El que os pongo a continuación, cortesía de Liberance que lo vio en RES Magazine, muestra a los humanos desde una perspectiva interesante y, para qué negarlo, tremendamente realista. Humans!

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06 septiembre 2006

Sim City, en la pequeña doble pantalla

Por si no tuviera pocos futuros lanzamientos que me interesan para DS (Mario vs DK 2: March of the Minis, Yoshi's Island 2, Hotel Dusk: Room 215, Castlevania: Portrait Of Ruin...) ahora EA acaba de anunciar un port que sin duda acabaré comprando: el de Sim City 3000.

El que fuera uno de los simuladores que más me enganchó en su día en PC (junto con los también fabulosos Rollercoaster Tycoon, de parques de atracciones, y el archiconocido Los Sims) regresará ahora con algunos extras, como un modo 'salva la ciudad' con misiones (con situaciones planteadas en urbes niponas reales), o supuestas opciones wifi para intercambiar terrenos y otras cosillas.

The DS title includes three main modes of play: Build a New City, Save the City and Sister City. In Build a New City, you start a city from scratch. Save the City mode puts you in a city located somewhere in Japan and has you clear missions involving fixing traffic and other problems. The Sisters City mode lets you chat with other players and trade "landmarks."

Además, la pantalla táctil estoy seguro de que suplirá perfectamente la ausencia de ratón, y con el stylus (el palito :$) se harán muy manejables los scrolls y la forma de elegir opciones. En la segunda pantalla se puede ver una pista general de la ciudad e incluyen todos los mensajes del juego, las alertas, etc.

Lamentablemente tengo mis -no una sino- dos versiones del Sim City 3000 de PC en paradero desconocido, y hacía ya tiempo que ansiaba volver a echar unos vicios diseñando grandes urbes. Parece que EA haya oído mis plegarias :) Ahora sólo falta que le pongan fecha en occidente (en Japón saldrá este invierno).

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05 septiembre 2006

¿The Fountain, abucheada en Venecia?

No salgo de mi asombro. The Fountain, de Darren Aronofsky, una de mis películas más esperadas del año (la lista 'completa' la incluí el otro día en el menú lateral), acaba de ser hundida por toda la crítica internacional tras proyectarse en el festival de cine de Venecia.

He procurado mantenerme al margen de la trama, porque quiero que la película me impacte al verla, pero en resumidas cuentas trata de la persecución de un amor a lo largo de la historia, desde 1500 hasta 2500 pasando por el presente. Todo con un indudable regusto a 2001, una Odisea en el Espacio. La fuerza visual de la cinta parece incuestionable, y el último trailer (que bajé en todo su esplendor hace una semana del bazar de Xbox Live) era asombroso. ¿Qué es lo que puede ir mal?

Adjunto parte de la crítica de Enric González, enviado especial a La Mostra de El País, tras eliminar parte de los spoilers (que he procurado no leer):

Todo lo que va mal puede ir peor. Esa perogrullada se demostró de nuevo en Venecia. Andaba el público afligido tras soportar la tediosa No quiero dormir solo, del celebrado cineasta malayo Tsai Ming-Liang, cuando The fountain, del no menos celebrado Darren Aronofsky, cayó como un alud de memez y pedantería sobre cientos de personas inocentes. Fue terrible. Sólo la bienintencionada Bobby, de Emilio Estévez, salvó una jornada aciaga. [...]

Darren Aronofsky disfrutaba también de un buen punto de partida. Después de No quiero dormir solo, incluso una filmación página a página de la guía telefónica de Moscú habría sido vista con agrado. [...]

Abordemos por fin el desagradable incidente llamado The fountain. Darren Aronofsky, joven director neoyorquino, elevado a los altares del culto intelectual con Pi (1998) y consagrado con Réquiem por un sueño (2000), afirma que tuvo que librar terribles batallas contra la industria de Hollywood para cumplir el sueño de filmar The fountain. Lo cual demuestra que la denostada industria de Hollywood tiene a veces toda la razón.

No estamos hablando de un filme humilde, sino de una producción multimillonaria rodada con sofisticados recursos técnicos y con actores de primera fila. [...] También actúa un mono, muy natural en su papel. La más zafia de las parodias de 2001: una odisea del espacio queda muy por encima de The fountain. Durante la proyección se escucharon algunas risas. Cuando terminó hubo abucheos. Y algún aplauso aislado, cabe suponer que dedicado al mono.

The Fountain se estrenará en España el 6 de diciembre. Veremos si en efecto es un experimento fallido... :/

PD: Y mientras, Almodóvar se ha llevado el prestigioso premio Fipresci (que otorga la Federación Internacional de Prensa Cinematográfica) a la mejor película del año, por Volver. Estoy de acuerdo: lo mejor que ha pasado por nuestras pantallas este 2006. El año pasado este premio se lo llevó Kim Ki Duk por Hierro 3.

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01 septiembre 2006

United 93: un fiel retrato del 11S

Aunque estrenada hace ya una semana, hoy pude ver United 93, primera película sobre el 11S, ese día en el que se produjo un trágico punto de inflexión en la Historia, el terrorismo adoptó un nuevo protagonismo en nuestras vidas y los maniqueísmos regresaron con fuerza al mundo.


Lo cierto es que antes de ver el filme de Paul Greengrass (Bloody Sunday, El mito de Bourne) tenía grandes reservas acerca de lo que United 93 iba a ofrecerme. Mis prejuicios indicaban que iba a asistir a una americanada en la que se exaltaría el patriotismo y heroísmo de los ciudadanos de ese país ante el revés del terrorismo. Además, hará un año una profesora nos transmitió en clase la idea de que dicho avión quizá había sido derribado por cazas y no por los pasajeros; pero siendo esto un golpe moral demasiado duro para los estadounidenses, que verían cómo el ejército disparaba contra aviones civiles, se había 'fabricado una verdad' alternativa mucho más complaciente.

Sin embargo, lo primero que cabe decir de United 93 es que no toma partido en ese juego. No es una película de americanos, sino de ciudadanos del mundo. Quizá el hecho de que buena parte del staff y la productora sean inglesas tiene mucho que ver.

Ese día de 2001 todos sufrimos un golpe del fanatismo. El filme de Greengrass no juzga, al igual que parece que sucederá con World Trade Center de Oliver Stone; en su lugar recrea con inusitado detallismo, fruto de una gran documentación, y casi en tiempo real, aquella hora y media de pánico y desconcierto en el que aún no éramos conscientes de lo que estaba sucediendo.

Para ello Greengrass mueve la acción en dos frentes: el propio vuelo 93 de United Airlines, y diferentes salas de control aéreo del país en las que pronto reina el caos. La contraposición de ambas realidades está perfectamente compensada: al principio de la película asistimos a los primeros secuestros de aviones desde tierra y, cuando las Torres Gemelas se han visto ya atacadas, el United 93 se torna protagonista, y con él sus pasajeros, entre los que nos encontraremos nosotros.


El uso en todo momento de cámara en mano permite al espectador integrarse en el filme como en pocas ocasiones. No sólo ya en el avión escuchamos agazapados entre los asientos las conversaciones de los pasajeros, sino que en la propia sala de control aéreo vivimos -entre la incredulidad general- la confusión por el alud de informaciones que van llegando de diferentes fuentes.

Esto hace que una historia cuyo desarrollo conocemos a la perfección se torne sumamente interesante. Adoptamos una perspectiva nueva, pero a la vez recordando cada detalle de lo que pasó aquél día: el primer impacto y las sospechas de que parecía ser una avioneta, el humo proveniente del Pentágono sin que ninguna cámara lograra un ángulo que nos mostrara el edificio, las noticias de multitud de vuelos siendo secuestrados... Todo está reconstruido desde la lógica vivida en esos momentos, y no con perspectiva ni juzgándolo con prismas políticos ni tampoco religiosos (ahí queda una de las escenas finales en las que terroristas y pasajeros rezan, a la vez, a diferentes dioses). Esto confiere al filme un gran carácter documental, que es donde reside buena parte de su valor: se convierte en un retrato del 11S en todo su conjunto.

Además, no por conocido, el final se hace menos escalofriante y desgarrador. Cuando la imagen se funde a negro tras estrellarse el avión (sin uso de apocalípticos efectos especiales, sino convirtiéndonos en un pasajero más) el silencio recorre la sala y una gota de sudor frío resbala por la nuca. Quizá porque, en efecto, todos íbamos en ese vuelo.

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