¿Mas vale malo conocido?

Todos sabemos que George Bush es probablemente el mayor estúpido que ha ostentado un cargo de semejante calibre en la historia de los EEUU (país más importante del mundo, mal que nos pese para según que asuntos). Pero todavía más feos nubarrones se cernían sobre nosotros de cara a las presidenciales de 2008.

El hasta ahora duelo virtual a tres años vista nos presentaba a una carismática Hillary Clinton (que ha ido abandonando su discurso de izquierdas en pos de uno mucho más conservador que le dé apoyos populares) frente a la no menos poderosa pero sí mucho más temible Condoleeza Rice.

Condoleeza no es sólo el monstruo agazapado detrás de la puerta que retrataba Juan José Millás en sus brillantes columnas del verano de 2004 en El País: es una de las titiriteras que manejan al pelele de Bush a su antojo.

Sin embargo, afortunadamente (al menos hasta que sepamos del próximo rival para seguir jugando a política ficción), parece que Rice no tiene intención de presentarse como candidata para ocupar la Casa Blanca.

Aprecio y me halaga que la gente piense en mí en esos términos pero eso no es lo que quiero hacer con mi vida y no es lo que voy a hacer; no sé de cuántas maneras decir que no.

Lo malo (todo tiene su parte negativa, me temo) es que esto da alas a Jeb Bush, tercero en la (mala) saga de los Bush, familia que cada década alumbra líderes tan visionarios como el actual Presidente.

Y es que nuestro apreciado George (como diría nuestro también apreciado Ánsar), que lo mismo se atraganta con una galleta o se cae de la bici que te invade un país entero mientras monta un show cómico ante decenas de senadores, no hace las cosas sin basarse en causas más que razonables, por mucho que todos lo dudemos. Así, no le ha importado explicar a otros líderes mundiales qué le condujo a declarar la guerra a Irak.

Dios me dijo: lucha contra esos terroristas de Afganistán. Y lo hice. Y me dijo: derroca a esos tiranos de Irak. Y lo hice. Y me dijo: da un Estado a los palestinos y seguridad a los israelíes. Trae la paz para Oriente Próximo. Y lo haré.

¡Haberlo dicho antes Georgy! No sólo tenías un más que justificable motivo para invadir Irak, sino que de una tacada has dado también con el que enarbolan los terroristas que atacan EEUU. Qué mente preclara...

En fin, que Dios nos coja confesados. :(